sábado, 5 de enero de 2013

Vuelve a casa, como el turrón

Ya era hora de volver a casa, ya era hora de estar una buena temporada con la gente a la que uno quiere, aprecia y conoce. Familia, amigos y pueblo. Cosas que uno verdaderamente no aprende a apreciar hasta que se pasa un año fuera en la otra punta del mundo.
Parece tontería, pero hasta tomarse un cortado en el bar de la esquina se echa de menos.

Y como no podía ser de otra manera, Pirineos!

Una vuelta por Andorra para comprar material a desgastar en las alturas andinas y desengañarme de que Andorra es un país bonito. La prostitución de la montaña es evidente en muchos lugares, pero en pocos sitios está tan metida con calzador.

Escapamos del agobio y de la falta de nieve don Llon y yo para irnos hacia Pugcerdá a emborracharnos un poco y de ahí a Cambre d´aze. Bonito y pequeño circo con varias posibilidades, pero ante la escasez de nieve nos decantamos por el único corredor, Vermicelle.



 Corredor Vermicelle, a la derecha del circo.