Parece tontería, pero hasta tomarse un cortado en el bar de la esquina se echa de menos.
Y como no podía ser de otra manera, Pirineos!
Una vuelta por Andorra para comprar material a desgastar en las alturas andinas y desengañarme de que Andorra es un país bonito. La prostitución de la montaña es evidente en muchos lugares, pero en pocos sitios está tan metida con calzador.
Escapamos del agobio y de la falta de nieve don Llon y yo para irnos hacia Pugcerdá a emborracharnos un poco y de ahí a Cambre d´aze. Bonito y pequeño circo con varias posibilidades, pero ante la escasez de nieve nos decantamos por el único corredor, Vermicelle.
Corredor Vermicelle, a la derecha del circo.
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